jueves, 1 de septiembre de 2011

Basura tecnológica

     En primer lugar pensé ponerle como título a esta nota "Basura 2.0", pero me pareció que al hacer ello se incluiría únicamente la chatarra electrónica de un tiempo considerado, pero no toda; además de poder generar confusión de que sean desechos referidos al software, cuando se quiere hacer hincapié en el hardware.
     Según Wikipedia se define como basura o chatarra tecnológica "a todos aquellos productos eléctricos o electrónicos que han sido desechados o descartados, tales como: computadoras, teléfonos celulares, televisores y electrodomésticos. La chatarra electrónica se caracteriza por su rápido crecimiento debido a la rápida obsolosencia que están adquiriendo los dispositivos electrónicos y por la mayor demanda de estos en todo el mundo, entre otros factores".
     Desde este punto se puede empezar a hacer mucho hincapié, ya que son elementos a los que la gran mayoría (sino toda) de la población mundial tiene acceso. Se calcula que se producen 50 millones de toneladas de desechos electrónicos por año. Un promedio que solo asusta con leerlo. Acercándonos más a un mercado específico, en Argentina en el año 2006 quedaron obsoletos 800.000 computadoras, 400.000 monitores, 2.000.000 de teclados y 3.000.000 de mouses... mejor, ni hablemos en la actualidad...
     En la Argentina no existe aún una normativa específica respecto del tratamiento de la basura electrónica, lo cual implica que el procesamiento de este tipo de residuos no se efectúa de forma adecuada. Muchos de los residuos que en los países desarrollados son considerados y tratados como altamente contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, en la Argentina son tratados como residuos domiciliarios. Si bien la Ley de Residuos Peligrosos 24.051 contempla, en parte, a la basura electrónica como desechos contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, no existe un sistema reglamentado y específico para su tratamiento.


     Pero retrocediendo un paso en la explicación, este problema no afecta solo a una región, sino a todo el mundo. Profesionales de la salud detallan los problemas que suponen para el organismo materiales como el plomo (perturbaciones en la biosíntesis de la hemoglobina y anemia, incremento de la presión sanguínea, daño a los riñones, abortos, perturbaciones del sistema nervioso y disminución de la fertilidad del hombre), el arsénico (veneno letal), el selenio (desde sarpullido e inflamación de la piel hasta dolores agudos), el cadmio (diarrea, dolor de estómago y vómito severo, fractura de huesos, daños al sistema nervioso, e incluso puede provocar cáncer), el cromo (erupciones cutáneas, malestar de estómago, úlcera, daños en riñones e hígado y cáncer de pulmón), el níquel (afecta los pulmones, provoca abortos espontáneos).
     Es aquí cuando entran algunos de los tantos interrogantes que se pueden plantear, como por ejemplo: ¿Qué hacer con los electrodomésticos y aparatos que uno ya no usa más? ¿Cómo frenar esta contaminación? La verdad es que lamentablemente no tengo esas respuestas, pero entonces... ¿A quién exigírselas? .............
     Así como en la India ya se dictó una Ley de Basura Electrónica creo que es un buen punto de referencia para que empecemos a ver, analizar y reflexionar sobre este tema. En la Argentina ya se dictó media sanción para la ley de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), y en Europa se está tratando sobre la misma. Es importante destacar que hoy una correcta gestión de los RAEEs puede recuperar cerca del 100% de los materiales y reducir el impacto sobre el ambiente al mínimo. Es decir, la gente está empezando a tomar conciencia del efecto que esto trae y de los que puede llegar a ocasionar en el medio ambiente, en la vida de cada una de las personas, en cada uno de nosotros. Desde mi punto de vista no creo que sea necesario hechar la culpa directamente a las randes empresas multinacionales sobre esto, ni tampoco a las pequeñas y/o medianas, sino empezar a observarnos cada uno de nosotros mismos. Es tan simple escribir esto, pero que difícil es que muchos lo comprendamos. Estaría bueno que haya un impulso por parte de alguien para que nos caigan las fichas con respecto a todo esto, no sé si tiene que haber un empujón político, o de las mismas empresas, o desde la propia educación del colegio... ¡Pero hay que empezar a tomar cartas en el asunto! Por Dios... se está poniendo en juego la salud y la vida de las personas, de cada uno de nosotros y es algo que nos parece a muchos mentira... hasta que nos toca.
     La contaminación de la chatarra comienza cuando la vida útil de un dispositivo alimentado por la energía eléctrica ha culminado. Por lo que podría deducirse que es un círculo inevitable. Uno compra una cosa, le funciona un determinado tiempo y, sino logra cambiarlo por otro nuevo, debe de tirarlo y reemplazarlo por otro. Y, si a este proceso lo multiplicamos por algunos millones de los miles de millones de seres humanos que vivimos en la Tierra los números se nos van hasta las nubes. Pero entonces... ¿Es bueno que adquiera un gadget? Muchas personas necesitan de estos para trabar y desarrollar sus actividades diarias, otros viven de los electrodmoésticos y crean aparatos de la rama tecnológica, y otros los usan como una forma de ocio. No sé decir si está bien o está mal, pero... ya está hecho. La gente adquiere productos diariamente y reemplaza a otros. ¿Se puede salir de este círculo? Es un vicio, es un mal necesario. Sinceramente, no le veo escapatoria.
     Por último, les dejo un video bastante conocido y circulado en Internet sobre este tema, llamado "Obsolescencia programada" o también conocido como el video de "comprar, tirar, comprar"... un documental que deja mucho que hablar, y que refleja muchos agregados más a este post.






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